Ya no quema el sol.
¡ Tardecita alegre !
Canta, ruiseñor.
Es la misma hora
de mi corazón.
Por la calle arriba
-sombrero y bastón-
allá va Don Diego
a buscar amor.
Y aquella olivita vieja,
tan lejos del olivar,
cerca de la fuente clara,
¿qué hace allá?
Su madre, la de ojos verdes,
la puso donde hoy está.
A la vera del camino,
para la sombra no más.
ANTONIO MACHADO
Proverbios y cantares.
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