Ten paciencia conmigo.
Porque a veces el mundo,
la víbora del tiempo y del pasado,
cabe en dos palabras.
De verdad,
una estrella apagada que cruza el universo
con su puñal de frío.
Y repta por la vida,
por caminos sin nadie, por ciudades,
con su puñal del olvido.
A través del amor,
incluso por encima de la felicidad,
cabe en dos palabras.
La víbora del miedo,
la víbora del miedo derrotado,
mi calor y su frío.
Y se queda en el pecho,
anidada en la sombra, hasta el amanecer.
Ten paciencia conmigo.
Porque el mundo es así, y vengo herido,
ten paciencia conmigo.
LUIS GARCÍA MONTERO
Completamente viernes
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