UN AÑO, ya dormido,
alguien que no esperaba
se paró en mi ventana.
- ¡Levántate! Y mis ojos
vieron plumas y espadas.
Atrás, montes y mares,
nubes, picos y alas,
los ocasos, las albas.
- ¡Mírala ahí! Su sueño,
pendiente de la nada.
-¡Oh anhelo, fijo mármol,
fija luz, fijas aguas
movibles ded mi alma!
Alguien dijo: ¡ Levántate!
Y me encontré en tu estancia.
RAFAEL ALBERTI
Marinero en tierra
Sobre los ángeles
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