PÁJAROS, ciegos los picos
de aquel tiempo.
Perforados,
por un rojo alambre en celo,
la voz y los albedríos,
largos, cortos, de sus sueños:
la mar, los campos, las nubes,
el árbol, el arbolillo.....
Ciegos, muertos.
¡Volad!
-No podemos.
¿Cómo quieres que volemos?
Jardines que eran el aire
de aquel tiempo.
Cañas de la ira nocturna,
espolazos de los torpes,
turbios vientos,
que quieren ser hojas, flor,
que quieren.....
¡Jardines del sur, deshechos!
Del sur, muertos.
¡Airead!
-No podemos.
¿Cómo quieres que aireemos?
En tus manos,
aún calientes, de aquel tiempo,
alas y hojas difuntas.
Enterremos.
RAFAEL ALBERTI
Marinero en tierra
Sobre los ángeles
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