Mayo de 1919
Iba yo montado sobre
un macho cabrío.
El abuelo me habló
y me dijo:
Ése es tu camino.
¡Es ése¡, gritó mi sombra,
disfrazada de mendigo.
¡Es aquél de oro!, dijeron
mis vestidos
Un gran cisne me guiñó,
diciendo: ¡ Vente conmigo !
Y una serpiente mordía
mi sayal de peregrino.
Mirando al cielo pensaba:
Yo no tengo camino.
Las rosas del fin serán
como las del principio.
En niebla se convierte
la carne y el rocío.
Mi caballo fantástico me lleva
por un campo rojizo.
¡Déjame!, clamó llorando,
mi corazón pensativo.
Yo lo abandoné en la tierra,
lleno de tristeza.
Vino la nocha llena de arrugas
y de sombras.
Alumbran el camino,
los ojos luminosos y azulados
de mi macho cabrío.
FEDERICO GARCÍA LORCA
ANTOLOGÍA POÉTICA
(Edición José Luis Ferris)
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