A Gloria Giner y a Fernando de los Ríos.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No veis la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya tu casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir! dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
FEDERICO GARCÍA LORCA
ANTOLOGÍA POÉTICA
Edición José Luis Ferris
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