A Diego Buigas de Dalmau
El mar baila por la playa,
un poema de balcones.
Las orillas de la luna
pierden juncos, ganan voces.
Vienen manolas comiendo
semillas de girasoles,
los culos grandes y ocultos
como planetas de cobred.
Vienen altos caballeros
y damas de triste porte,
morenas por las nostalgia
de un ayer de ruiseñores.
Y el obispo de Manila,
ciego de azafrán y pobre,
dice misa con dos filos
para mujeres y hombres.
FEDERICO GARCÍA LORCA
ANTOLOGÍA POÉTICA
Edición José Luis Ferris
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