El mascarón. Mirad el mascarón
cómo viene del África a New York.
Se fueron los árboles de la pimienta,
los pequeños botones de fósforo.
Se fueron los camellos de carne desgarrada
y los valles de luz que el cisne levantaba con el pico.
Era el momento de las cosas secas:
de la espiga en el ojo y el gato laminado,
del óxido de hierro de los grandes puentes
y el definitivo silencio del corcho.
FEDERICO GARCÍA LORCA
No hay comentarios:
Publicar un comentario