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Codicioso de tí, me estoy robando,
me aplico poco al suelo;
me dedico a los dos de cuando en cuando.
a tu imagen apelo
siempre, siempre presente y siempre en celo.
Yo ya no estoy: yo soy mi anatomía.
¿Por qué? de mi desistes
peligro de mis venas, alma mía....
¡Ay!, la flor de los tristes
va a dieta de amor como de alpistes.
Desamparado el cuerpo, en desaseo,
sobre el amor en paro,
soy mi verdugo y juez, y más mi reo,
mi tempestad y faro;
tú, mi ejemplar virtud, mi vicio caro.
MIGUEL HERNÁNDEZ 💓💛💜
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