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14
Una interior cadena de suspiros
al cuello llevo crudamente echada,
y en cada ojo, en cada mano, en cada
labio dos riendas fuertes como tiros.
Cuando a la soledad de estos retiros
vengo a olvidar tu ausencia inolvidada,
por menos de un poquito, que es por nada,
vuelven mis pensamientos a sus giros.
Alrededor de ti, muerto de pena,
como pájaros negros los extiendo
y en tu memoria pacen poco a poco.
Y angustiado9 desato la cadena,
y a la voz de las riendas desoyendo,
por el campo del llanto me desboco.
MIGUEL HERNÁNDEZ 💓💛💜
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